Opinión
Por Osvaldo Soto , 6 de diciembre de 2020

Orden público económico en proceso constituyente y ¿la reactivación económica?

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Columna de opinión de la Fundación Foro Los Ríos. Esta semana Marta Canto, cientisca política y presidenta de la organización.

Quedan pocas semanas para concluir el año 2020, y no cabe dudas que ha sido un año difícil y fuerte para la gran mayoría de los Chilenos.

Hemos enfrentado una pandemia mundial, una institucionalidad que la hemos visto en instantes superada por la intransigencia y en muchas familias pérdidas: de un ser querido, empleos o de fuentes de trabajo. Esto ha puesto a prueba, nuestra capacidad de resiliencia y de repensar lo que deseamos a futuro.

Este año viviremos siete elecciones, junto al devenir cotidiano que deberemos sortear. Por eso, es importante reflexionar de manera adecuada las implicancias que significan las futuras candidaturas y sus respectivos apoyos a lo largo de todo el país. Siempre hemos creído, que los chilenos tenemos vocación de entendimiento y no de enfrentamientos, por lo tanto, la moderación y el justo equilibrio de posiciones debería conducirnos a construir buenos puentes y no trincheras.

Una elección importante será la elección de constituyentes en el proceso  de Abril 2020, que sin lugar a  dudas, marcará en los próximos dos años el tipo de país, en 

que queremos vivir. Chile, pondrá a prueba su fortaleza institucional para las próximas décadas y su desarrollo. Este será un tema esencial (entre varios otros) a definir, ya que el orden público económico le dará una fisonomía a nuestro desarrollo económico y social, con especial acento en las regiones, en lo relativo a conceptos que se vinculan con los fines del Estado y su vinculación relacionada con promover el bien común, la  descentralización política y administrativa y estar al servicio de las personas.

Se abrirá un debate, con las implicancias que significa definir que rol va a jugar y promover el Estado en las organizaciones, en conjunción con el desarrollo económico. 

Desde hace meses nuestra Fundación, ha venido poniendo el acento en el empleo y en las claves esenciales, para la reactivación de la economía, con foco en nuestra región de Los Ríos. De hecho, junto al orden público hemos indicado que la base para un proceso constituyente, radica en la reactivación económica, para lo cual hemos puesto el acento en varias materias, como  son: el crecimiento, la sostenibilidad, la confianza en las inversiones, apoyar  a las Pymes y en que debemos recoger lo mejor, de nuestras bases jurídicas e Institucionales con armonía y paz social. 

Es importante tener presente, que en las las constituciones del siglo XXI no son, neutras y tampoco ciegas, en la definición de los fines del Estado y en la adscripción a un modelo de Constitución económica: democrática y sostenible, en que el Estado debe propiciar una economía competitiva con valores y claros bienes jurídicos protegidos, en beneficio de las personas. De hecho la Constitución de 1980, consagra varios preceptos en ese sentido.

Hoy,es el tiempo de los contenidos(no de eslóganes, promesas  o de los ofertones del populismos). Seamos serios: Debemos creer que es esencial, que se preserven una serie de garantías y principios constitucionales, cómo: las libertades clásicas, las autonomías de ciertas instituciones y los poderes de control, incluso algunos de larga data, que se remontan a la Constitución Política de 1925, como es mantener la iniciativa exclusiva del Ejecutivo, en materia de impuestos y gasto público, la autonomía del Banco Central, sin rebajarla a materia de Ley y mantenerla a nivel Constitucional. Así también, incluir temas nuevos como: el Principio de Responsabilidad Fiscal, que hoy existe como ley y sería importante elevarlo, al rango constitucional e incorporar los principios de eficacia y eficiencia, del Estado. A lo mejor, incorporar bases para modernización del Estado. 

Es un imperativo ético, que los próximos constituyentes, cuando analicen los temas de derechos sociales, no generen expectativas que no se puedan cumplir, evitar los ofertones constitucionales que pueden generar una frustración muy grande en la ciudadanía. Se debe explicar muy bien y con claridad, que es importante la estabilidad jurídica y la división del poder, como condición básica del proceso de desarrollo de nuestro país. 

Ahora viene un trabajo arduo, que requiere de mucha responsabilidad y sentido de armonía institucional, para conducir el proceso y redactar una nueva Constitución Política, que permita al país seguir progresando y avanzar en resolver en forma sostenible, las diferentes demandas que tiene la ciudadanía y que deberemos saber interpretar y canalizar. 

La ciudadanía desde hace tiempo observa desde su casa los claros oscuros del devenir del país y anhela la búsqueda de entendimientos y de los criterios mínimos básicos necesarios y oportunos para reconstruir: las confianzas, dañadas  o simplemente, perdidas. Nada refleja mejor esta frase, que me permito compartir:

”Nunca confundas mi silencio con ignorancia, mí calma con aceptación o mi amabilidad, con debilidad.La compasión y la tolerancia, no son señales de debilidad, sino de fortaleza”. Hoy la fortaleza es su voto.

Marta Canto Castro.
Presidenta
Fundación Foro de Los Ríos

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